Los siguientes objetivos a largo plazo para la educación de la primera infancia reflejan la visión de que todas las áreas del desarrollo (cognición, comunicación, habilidades socioemocionales, motoras y adaptativas) están integradas en el aprendizaje.

Las oportunidades y experiencias educativas en los primeros años marcan la diferencia en el desarrollo general. Las experiencias curriculares deben estar basadas en investigaciones, alineadas con los estándares de contenido y ricas en aprendizaje diferenciado.

La resolución de problemas brinda oportunidades para usar el lenguaje y el juego para involucrar las habilidades intelectuales de los niños. Estas experiencias serán planificadas y organizadas. Se diseñarán estrategias de instrucción para apoyar, desafiar, apoyar y ampliar las habilidades y destrezas de los niños.

​

• Mejorar y facilitar el desarrollo en todos los ámbitos: habilidades cognitivas, lingüísticas, socioemocionales, físicas y adaptativas (autoayuda).

• Proporcionar experiencias educativas utilizando estrategias de enseñanza intencionales a través del juego para facilitar el desarrollo de conceptos, el conocimiento del contenido, la creatividad y la resolución de problemas.

• Brindar oportunidades a través de la organización del aula para que los niños desarrollen habilidades y adquieran conocimientos.

• Proporcionar orientación a través de experiencias en el aula que permitan el desarrollo de habilidades de autogestión, resolución de conflictos e interacción social y la capacidad de tomar decisiones positivas.

• Desarrollar la capacidad de ver a los adultos como recursos respetuosos, cariñosos, solidarios, responsables y útiles que promueven la seguridad en uno mismo y la competencia.

• Proporcionar programas que ofrezcan diversas oportunidades y materiales para desarrollar una comprensión de la diversidad cultural, la composición familiar, las diferentes habilidades, el idioma y el género.